El sobrio escuadrón de PJ Harvey
La cantante británica ofrece en Barcelona su único concierto en España
Barcelona
PJ Harvey no toca nunca en directo ‘Shaker Aamer’ Y debería, más que nada por dar a conocer (para quien no la controle) la historia del último residente británico en la base de Guantánamo en la isla de Cuba, un hombre que fue preso sin pruebas claras, desposeído de su libertad de manera injusta. Incluso, Amnistía Internacional orquestó una campaña para liberarle y Barack Obama también intervino. Pero el gesto más bonito con él lo tuvo PJ Harvey, escribió y publicó a continuación una canción exclusiva con el fin de impartir justicia. La gran musa del rock alternativo recibió algunas críticas por posicionarse, pero a ella no le importó, siguió adelante con su cruzada. No es de las que se cruza de brazos, si hace un libro de poesía sobre conflictos de guerra (con la complicidad del fotógrafo Seamus Murphy) lo lleva a cabo sin pestañear, si tiene que hablar de su visión particular de Inglaterra en ‘Let England Shake’ también lo hace, y si cede los derechos de sus canciones para la serie ‘Peaky Blinders’ en el marco de una ciudad como Birmingham acosada por el IRA, pues también y se queda tan ancha. A pesar de que el tema central es ‘Red right hand’ de Nick Cave, con aquella herida todavía abierta y supurando. Por lo tanto, tras los acontecimientos acaecidos en Barcelona en los últimos días, era fácil imaginar que habría algún guiño de carácter político. Sin embargo, ella y su generosa troupe se contentó con interpretar sus canciones siguiendo el mismo patrón de gira.
No hace ni tres meses que Harvey vino a la Ciudad Condal para recitar en un festival de poesía, concretamente en Kosmopolis. Fiel a un repertorio que en esta larga gira sólo cambia (y a veces) en los bises, con versiones sorpresa (en otras fechas había caído alguna pieza de Bob Dylan), sus dos últimos discos son prácticamente los protagonistas en la primera hora de actuación, con algún apunte al inclasificable ‘White chalk’.
Los diez músicos salen en procesión a escena tocando los tambores, con un posado sobrio y solemne, vestidos de negro, con Mick Harvey y John Parish como primeros espadas. PJ Harvey se esconde tras su saxofón (esa ha sido la imagen icónica que ha vendido últimamente) y se desmarca si quiere porque el pelotón que la acompaña la protege, aunque suelta funcione mejor, más libre. ‘The ministry of defence’ marca el tono, y cuando empalman los tres cortes más representativos de ‘Let England Shake’ crean una autopista hasta ‘50th Queenie’, entonces Polly saca el lado salvaje al que acostumbraba y que ahora modera. ‘Down by the water’ es otro viaje al pasado, mientras que ‘To bring you my love’ pone el listón tan alto, que ni tan siquiera la hermosa ‘River anacostia’ ni unos bises de vuelta a la actualidad logra calmar a las fieras. Ya había destapado la caja de los truenos.