¿Con qué Trump nos quedamos?

Madrid

Desconcierto para una noche de agosto de fiesta y celebración en cientos de pueblos de España.

El gobierno de Donald Trump pasará a la historia como uno de los más desconcertantes si no como el más inconsistente de la historia. ¿Con qué Trump debemos quedarnos? ¿Con el que apenas unas horas después de los incidentes de Virginia se negaba a denunciar públicamente la movilización de grupos racistas, supremacistas y nazis o con el que hoy, 48 horas después y acorralado por su propia indignidad, se llena la boca de palabras gruesas contra los mismos grupos a los que podía haber despreciado públicamente este fin de semana? ¿Nos quedamos con el Trump que condena la violencia de todas las partes como si no hubiera una distinción posible en lo que sucedió en Virginia o con el que dice desde la casa blanca que el racismo es el demonio o que el Ku Klux Klan es repugnante?

Más desconcierto. ¿Nos quedamos con el Trump que amenaza con el uso de la fuerza como una opción de respuesta a la crisis política venezolana o con su vicepresidente que apuesta por la política y la economía para intervenir en un país que, en su opinión, puede desestabilizar a todo un continente por su deriva autoritaria? ¿Es solo el juego del poli bueno y el poli malo o es pura inconsistencia política?

Con qué nos quedamos, ¿con el presidente que anuncia fuego y furia contra corea del norte o con su jefe militar que acaba siendo más diplomático que el propio político? ¿Nos quedamos con quien juega con los tambores de guerra o con quien teniendo los tambores, prefiere que suenen otros instrumentos menos traumáticos? ¿Cual es la estrategia de este presidente que nos ha tocado sufrir si es que tiene alguna que no sea el populismo más recalcitrante?

Prometió hacer América grande de nuevo y de momento la está haciendo más injusta, más excluyente, más amenazante. Y que Dios bendiga América o al menos que la ilumine, no vaya a ser que le vuelvan a elegir.

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