Mientras ellos mueran, nosotros no podemos callar

Madrid

Una imagen para un martes del mes de julio. Una fotografía es solo un fragmento de realidad. Pero algunas fotografías encierran verdades inabarcables. La fotografía la ha tomado Santi Palacios, viaja a bordo de un barco de la ONG española proactiva. En la imagen se ve una parte de una balsa hinchable de color amarillo, los bordes de esa embarcación dibujan la frontera del horror y deberían ser hoy los límites de nuestra propia vergüenza. Se acumulan los cadáveres de 13 inmigrantes, amontonados, inertes, algunos desnudos sobre su propia ropa o la de aquellos que han sobrevivido. Los brazos se apoyan sobre otros cuerpos que se entrelazan con otras piernas que tocan con algunas cabezas que se apoyan sobre los cuerpos como si durmieran, como si todavía soñaran. En apariencia, todos son hombres.

Hay muy pocas cosas nuevas que decir y sinceramente no pretendo aportar hoy ninguna reflexión original sobre un drama interminable. Traigo esta imagen para que esta no sea la noche en la que dejemos de conmovernos, para evitar que el silencio, nuestro silencio sea parte de la anestesia, porque la indiferencia es inmoral. Mientras ellos mueran, nosotros no podemos callar.