"Esto va a acabar beneficiando a los bancos, no a los clientes"

Madrid

De Guindos, el ministro de Economía, anunció la semana pasada uno de los cambios de la nueva ley de crédito hipotecario. Uno de ellos, la reducción de los costes económicos a la hora de cambiar la hipoteca de variable a fijo. En SER Consumidor nos planteamos a quién beneficiaría la medida y por eso hablamos con Pau Monserrat, nuestro economista de cabecera. 

“Esto va a acabar beneficiando a los bancos, no a los clientes”, dejó claro desde el principio el economista. Y esto es así porque según Monserrat “el anuncio no es relevante. Los gastos en una novación son de unos 1.000 euros que muchas veces si hacemos el cambio por subrogación a otro banco, los paga el banco que recibe la hipoteca”.

“Lo importante sería lo contrario, que tuviéramos facilidades para pasar de un tipo fijo a un tipo variable que es donde realmente se encuentra el problema”, continuó Monserrat. Un problema que radica en el hecho de que “cuando queremos cambiarnos porque los intereses han bajado, nos encontramos con la compensación por riesgo de tipos de interés que puede ser hasta del 5%”.

Pero, antes de que ponga en marcha, la banca, curiosamente, ya está subiendo, algo que también analizó nuestro experto: “Esto tiene sentido porque la banca aún está previendo que vamos a tener algunos añitos de Euribor muy bajo y lo que quiere es transformar su cartera a tipo fijo para rentabilizar un poco a corto plazo”.

Un beneficio que Monserrat estableció en el tipo de interés: “Es cierto que beneficia al cliente, en el sentido de que el cliente ya no arriesga el tipo de interés. Ahora sabe que va a pagar siempre lo mismo la misma cuota”.

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