Historia de una amistad rota
Madrid
Los dos titanes del boom, Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, construyeron las ficciones más robustas de la literatura española en muchos años; la vida y también la política los dividieron durante más años de los que se recuerdan. Pero ni uno ni otro disminuyeron la estima literaria mutua, que Vargas Llosa había consolidado en un libro inmenso, Historia de un deicidio. Desde que se produjo la ruptura de su amistad ninguno de los dos habló en público del otro. Anoche lo hizo Vargas Llosa, en El Escorial, y eso se convirtió en un hecho trascendental de las relaciones literarias. Como una novela de cualquiera de ellos.