¿Qué futuro tienen los jóvenes?

Fin de semana con mucha preocupación en los medios por la juventud, sus problemas y diferencias con sus mayores en edad, tanto en preferencias sociales -eutanasia o aborto, por ejemplo- como en opiniones políticas.

No será este Ojo quien les quite razones no ya para estar preocupados, sino incluso angustiados. Este país no reacciona y por mucho que el Gobierno del PP nos insista hasta la náusea en la recuperación, nada será cierto mientras no consigamos romper la barrera de la precariedad y los salarios casi rozando la indecencia.

Basta recoger datos del INE para enterarnos de que el 30% de los españoles cobra poco más de 1.200 euros al mes. Brutos. Hace muy pocos años un sueldo de mil euros -los mileuristas, les llamábamos- era el baremo habitual para referirse a un sueldo bajísimo. Hoy, para los pocos jóvenes que han podido huir del paro salvaje que soportan, esos mil euros es una cifra a la que aspirar, porque apenas si rebasan el salario mínimo de 707 euros.

Únase a ello la enorme precariedad que aquí ya hemos citado, de contratos por semanas o incluso por días. El nuevo secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo, lo tiene muy claro: “O la gente joven se organiza, o lo va a pasar mal”. Querrá decir que puede empeorar, porque lo de ahora no es moco de pavo.