40 años de libertad

Madrid

Hoy se cumplen 40 años de las primeras elecciones democráticas. Un aniversario que para los nostálgicos será la ocasión de revisar cuánto hemos cambiado desde entonces, desde lo que fue realmente el primer elemento de ruptura con el franquismo. Para los más jóvenes será solo una efeméride, un recuerdo del que es posible que padres y abuelos le hayan contado. Pero para todos son 40 años de libertad.

Hay muchos asuntos que todavía no hemos sabido resolver y que siguen marcando, en algunos casos, el día a día político. Que en Catalunya se reclame la independencia quiere decir que no hemos resuelto todavía el modelo de Estado en el que vivimos. Que los muertos sigan en las cunetas y que no se persigan los crímenes franquistas quiere decir que no hemos resuelto, ni estamos todos de acuerdo con nuestra memoria. Que en 2017 se siga hablando y se sigan citando versos de las dos Españas quiere decir que no hemos resuelto todavía la reconciliación.

Pero hemos avanzado y mucho en derechos sociales. Se ha construido la sanidad pública, la educación pública, el sistema de pensiones, somos europeos y hemos sido avanzadilla en muchas cuestiones como, por ejemplo, el reconocimiento del matrimonio homosexual.

En este 2017 somos más lo que hemos construido en estos 40 años que lo que nos dejaron los 40 años anteriores. Pero no solo queda mucho por hacer, sino que corremos el riesgo de perder mucho de lo conseguido. Hemos retrocedido en derechos sociales, la crisis de las instituciones amenazan la democracia, los pilares de la sanidad, la educación y el sistema de pensiones se tambalean y la corrupción monopoliza la vida política. La democracia en España cumple 40 años, pero parece demasiado cansada.