La remontada laborista

Es casi imposible predecir la influencia que puedan tener los atentados de Manchester y de Londres en las elecciones generales británicas que se celebran este jueves, 8 de junio. En teoría, los ciudadanos buscan al candidato que más seguridad ofrece pero en este caso la candidata conservadora, que intenta jugar ese papel, ha sido precisamente la ministra del Interior durante los últimos seis años, es decir la responsable de los presupuestos y de las políticas de seguridad.

Pase lo que pase, lo más interesante de la campaña británica es la rapidez con la que ha cambiado la imagen del Partido Laborista, que hace pocos meses aparecía en los sondeos como una organización al borde del desastre, con un líder, Jeremy Corbyn, catalogado como un anticuado izquierdista incapaz de atraer voto joven y que hoy, pocos días antes de las elecciones, se acerca peligrosamente a los conservadores.

Ganará o no Theresa May, que todavía tiene ventaja en los sondeos, pero el Partido Laborista ha protagonizado una remontada muy interesante, sobre todo por la forma en lo que lo ha hecho: recurriendo a lo que fue la esencia del laborismo a lo largo de su historia, un programa económico sólido, nada fantasioso y al mismo tiempo distinto del que defiende el Partido Conservador. El manifiesto económico de los laboristas, claramente dispuesto a cerrar la etapa la austeridad, ha reunido el respaldo de 130 profesores de Economía de universidades británicas, americanas y australianas, un despliegue desconocido desde hace muchos años.

“Las propuestas laboristas –dice el manifiesto- están mucho mejor diseñadas para fortalecer la economía y asegurar que sus beneficios sean más equitativamente compartidos y sostenibles, además de ser fiscalmente responsables y basados en estimaciones sólidas”. Hacía muchos años que tantos profesores de economía anglosajones juntos no declaraban su miedo a las políticas conservadoras.