El dilema de Rajoy
Cuando se pide a los ciudadanos que confíen en el aparato del Estado y se advierte contra los populismos, no se puede ignorar que a quien más compete defender las instituciones es a quienes las tienen bajo su mando
Pepa Bueno: 'El dilema de Rajoy'
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La mayoría absoluta del Congreso de los Diputados no se fía ni del ministro de Justicia, ni del fiscal general del Estado ni del Fiscal jefe anticorrupción. Esto es lo que significa la reprobación que se aprobó ayer con el voto de toda la Cámara menos el del PP; no tiene efectos prácticos porque no obliga al Gobierno, pero tiene un alto valor político.
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Lo tiene siempre, pero lo tiene especialmente ahora porque se reprueba a toda la cúpula política y fiscal cuando los casos de corrupción acorralan al partido en el Gobierno. Cuando se habla del descrédito de las instituciones, cuando se pide a los ciudadanos que confíen en el aparato del Estado, cuando se advierte contra los populismos... no se puede ignorar que a quien más compete defender las instituciones es a quienes las tienen bajo su mando. Toda la oposición son muchos partidos, muchas orientaciones ideológicas y muchos intereses contrapuestos. El PSOE, Unidos Podemos, Ciudadanos, PNV, PDeCAT y toda la oposición desconfía de la cúpula del Ministerio Público y del responsable político de la Justicia. Rajoy tiene dos problemas:
1.- Los casos de corrupción que atraviesan su partido de Valencia a Madrid y escalan por el edificio de Génova 13 reformado con dinero negro, según el juez.
2.- Convencer a los ciudadanos de que su batalla contra la corrupción es real y decidida, caiga quien caiga, y despojar de cualquier sombra de duda a las instituciones que deben perseguirla.
Veremos cuál de los dos problemas le preocupa más.