¿Tendrá razón?

El presidente del Gobierno se encuentra de viaje oficial en Uruguay. Es imposible que hubiera calculado de antemano cómo alejarse de los renovados escándalos de su partido, pero la verdad es que la visita a Montevideo le ha venido como anillo al dedo. Le ha dado un poco de tiempo para pensarse lo que iba a decir respecto a la detención del ex presidente de la Comunidad de Madrid, un destacadísimo miembro de su partido y del que el PP sabía desde 2014 que tenía cuentas en Suiza, alimentadas presuntamente, con comisiones o posible estafas. Claro que como se trata de Mariano Rajoy, con tiempo o sin él, la cosa siempre termina en la misma cascada de obviedades.

Ayer dijo que las cosas hay que hacerlas bien, que no hay que distraerse de lo importante y que hay que mirar al futuro. Muy presionado, confesó que el que la hace, la paga. Mientras tanto el fiscal anticorrupción, el amabilísimo Manuel Moix, estaba maniobrando para alejar al fiscal que se ha atrevido a enviar a Ignacio González a la cárcel, el ministro de Justicia reconocía que le envió al ex presidente de Madrid un correíto en el que le decía que confiaba en que “se cerraran pronto los líos” (ojo a la palabra, cerrar, no terminar) y se publican unas cintas en la que Eduardo Zaplana le confía a Ignacio González: “Nacho, el problema es que aquí no manda nadie”. ¿Tendrá razón?