Pues amarga la verdad
Quevedo ofrece, en la piel de Juan Echanove, el retrato moral de quienes no quieren darse cuenta de que cada paso que damos nos acerca a la muerte
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Madrid
“Soy como todos los españoles, grandes en el ímpetu, paralítico en lo racional y testicular en…” asegura en “Sueños” el poeta que se enfrenta a su propia muerte y al tiempo nos descubre el infierno, la podredumbre moral, el horror de la enfermedad y la pobreza. El espectáculo, dirigido por Gerardo Vera, fluye con la lógica de los sueños en una sucesión de lúcidas imágenes que describen la amarga disolución de un imperio y el destructivo paso del tiempo, el poderoso peso del amor y las maneras de cantarlo.
Javier Torres
Redactor de Política, trabaja en el Congreso y hace seguimiento de Vox. Anteriormente formó parte de...
