Turbulencias
El candidato oficiliasta Lenín Moreno ha ganado las elecciones en Ecuador, una excepción de continuidad y estabilidad en un continente al que han vuelto los cambios y las turbulencias políticas con el pulso en Venezuela, los disturbios en Paraguay y la avalancha en Colombia
El editorial de Pepa Bueno
04:06
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Madrid
El candidato oficialista Lenín Moreno ha ganado la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador con el 51% de los votos cuando prácticamente ha terminado el escrutinio. Moreno se presentaba por el partido del saliente presidente Rafael Correa. Sin embargo, el candidato de la derecha, Guillermo Lasso no reconoce la derrota argumentado que el escrutinio no coincide con las encuestas a pie de urna. Pero la Organización de los Estados Americanos, la OEA, insiste en que las elecciones se han celebrado con normalidad... Así que, salvo sorpresa Ecuador, se convertirá en una excepción de continuidad y estabilidad en un continente al que han vuelto los cambios y las turbulencias políticas.
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En Venezuela, la oposición y el chavismo mantienen el pulso, tras la marcha atrás que ha dado este fin de semana el Tribunal Supremo del país, que ha devuelto las competencias a la Asamblea Nacional, 72 horas después de arrebatárselas. Como respuesta, esta semana, la Asamblea, el poder legislativo, que tiene mayoría de la oposición, va a intentar destituir a los magistrados del Tribunal.
En Paraguay, el cese del Ministro del Interior parece haber calmado de momento la tensión en el país después de que la policía matara a un líder político juvenil en la propia sede del partido, mientras ardía el Parlamento durante las protestas por la reforma constitucional que permite al presidente actual presentarse a la reelección.
En México, el Estado se muestra tan incapaz de garantizar la seguridad pública que un periódico "El Norte de Ciudad Juárez" anuncia que cierra porque no puede proteger la vida de sus periodistas. Tres reporteros han muerto en mes y medio en ese país.
Las turbulencias políticas han regresado con fuerza a Latinoamérica mientras Colombia trata de socorrer a los arrollados por la avalancha de lodo en Mocoa que ha matado ya 254 personas personas, y hay un número incierto de desparecidos, sepultados todos en sus propias casas modestísimas.
A este lado del mundo, en Europa, turbulencias también y a veces dando su peor cara en noticias que pasan casi desaparecibidas. En Londres, seis jóvenes británicos han apaleado a un adolescente de 17 años, solicitante de asilo. Lo asaltaron en una parada de autobús. La serpiente de la xenofobia no ha hecho más que crecer desde el Brexit.
Y el debate político sobre el Brexit se detiene ahora en Gibraltar. Theresa May no mencionaba al Peñón en la carta en la que planteó la ruptura con la Unión Europea, y ahora llegan las gesticulaciones, las exageraciones para compensar ese olvido. Dicen los portavoces de May que nada se hará sin los gibraltareños, que no saldrán perjudicados de las negociaciones y que están determinados, dispuestos a todo para conseguirlo. Gesticulaciones que llegan dos días después de que la Unión Europea les recordara que a partir de ahora el único socio en este conflicto es España y que por tanto, estará de parte de España ante cualquier litigio.
Y aquí en España iniciamos la semana en la que cerraremos del todo la historia sangrienta de ETA porque el sábado 8 es la fecha anunciada por la banda para su desarme. Luego quedará la disolución, pero en realidad, cuando una banda armada se desarma deja, de facto, de existir. Por fortuna. Hoy les contamos en la SER que la Fiscalía ha pedido a la Audiencia Nacional que dirija una comisión rogatoria internacional para tener acceso cuanto antes a los datos que la banda entregue a las autoridades galas.
Y estamos en la semana de la moción de censura del PSOE a Pedro Antonio Sánchez en Murcia, se debate el miércoles y se vota el jueves. La semana en la que no servirán ya las maniobras dilatorias de nadie y si el PP está dispuesto a sacrificar la vida pública de Murcia para mantener a uno de los suyos, el resto de los partidos se retratarán sobre si se entregan al tacticismo electoral también o ponen de verdad los intereses ciudadanos por delante.