Sobreponerse al terror

Sobreponerse al terror es la consigna un día después de que la muerte y el caos volviera a apoderase del centro de una capital europea. Ya son cinco los muertos en el ataque de ayer en la capital británica. Cuatro víctimas y el agresor abatido por la policía y se eleva también el número de heridos a 40. La última víctima mortal la confirmaba esta medianoche la policía, que se ha limitado a calificar el atentado como inspirado en el terrorismo internacional. Nadie habla todavía de yihadismo radical. El presunto autor está identificado ya, pero no se ha facilitado su identidad.

Lo que se sabe es que a bordo de un todoterreno, arrolló a cuantos encontró en el puente de Westminster, que empotró el coche contra la verja del Parlamento y acuchilló mortalmente a un policía que custodiaba la cámara democrática más antigua del mundo.

Todas las medidas de seguridad del mundo pueden hacer poco frente a individuos solitarios, fanatizados, que con un cuchillo de cocina y un coche se convierten en una bomba andante capaz de multiplicar el dolor y la sensación de miedo al golpear lugares de referencia en todo el planeta.

Frente a la barbarie, democracia y sacudirse el miedo. No nos queda más.