La vulnerabilidad de Europa

Madrid

La policía ha dado ya la identidad del hombre que ayer atropelló a la multitud que caminaba por el puente de Westminster en Londres. Se llama Khalid Masood, nacido en el Reino Unido, de 52 años y sin antecedentes por terrorismo aunque si por delitos comunes y que, como ha confirmado la primera ministra Theresa May, había sido investigado hace tiempo por sus posibles vínculos con extremistas. Pero ahora la policía no tenía ningún indicio de que pudiera estar planeando un atentado terrorista.

Como ven, esta vez no se trata de un joven radicalizado. Daesh ha reivindicado el atentado, aunque por la fórmula parece apropiarse de la acción cometida de manera autónoma por el atacante. Habla Daesh, en un escueto mensaje, de un soldado del califato. En cualquier caso se vuelve a poner de manifiesto la vulnerabilidad de Europa, ante la cual la mejor respuesta es la que han dado los propios británicos, recuperando la normalidad inmediatamente.

El terrorismo de las grandes operaciones planificadas hace tiempo que no actúa, por el motivo que sea, quizás porque los terroristas han encontrado la manera más fácil y más económica de sembrar el terror.

Atentados como el de ayer cuestionan las grandes decisiones en materia de seguridad; un hombre con un coche y un cuchillo en el centro de una gran ciudad es muy difícil de detectar, pero sobre todo cuestiona la política de fronteras y de muros de los peores populistas. Al atacante de ayer no le hizo falta saltar ninguna valla, había nacido dentro y no antes de ayer, había nacido hace 52 años.