Son los otros los que no quieren negociar
Josep Ramoneda reflexiona sobre la propuesta de Puigdemont y Junqueras que el gobierno rechaza, y la inexistencia de pruebas del espionaje del que Trump acusa a Obama
![](https://cadenaser.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fcadenaser.com%2Festaticos%2Frecursosgraficos%2Fresponsive%2Fimg%2Fplayer-permanente%2FSER-generico-recorte-16x9.png?auth=6a95b0408ef281e103361fe482ffad165cfe858adc6699774922b4bc69b186ad&quality=70&width=736&height=414&smart=true)
00:00
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Barcelona
James Corney, director del FBI, fue confirmado en su cargo por Donald Trump en agradecimiento por los servicios prestados. Reabrió las investigaciones contra Hillary Clinton pocas semanas antes del final de campaña en lo que se ha considerado el golpe de gracia a la candidata. Ahora, Corney ha puesto contra las cuerdas a Trump al negar cualquier fundamento a sus acusaciones de espionaje contra Obama y al confirmar las investigaciones sobre la relación entre su campaña electoral y las autoridades rusas. “Todos tienen un plan hasta que reciben un puñetazo en la boca”, Donald Trump usa esta cita del boxeador y violador Mike Tyson para explicar su filosofía. Esta vez quizás el puñetazo se lo haya dado a sí mismo, atrapado en su furor por los hechos alternativos y en viralizar las mentiras para asustar a sus adversarios.
El presidente catalán Puigdemont y el vicepresidente Junqueras han lanzado una proclama conjunta en “El País”: “Que gane el diálogo, que las urnas decidan”. Los objetivos parecen obvios: una muestra de unidad del independentismo y un intento de cargarse de razones ante lo que se avecina; son los otros los que no quieren negociar. Las respuestas han sido de estricta observancia de la doctrina Rajoy, con una sola excepción, Cristina Cifuentes, la presidenta de la Comunidad de Madrid, que ha invitado a preguntarse “qué ha fallado para que una parte muy importante de Cataluña quiera irse de España”. Insólito reconocimiento del problema que no se había oído nunca de boca de un dirigente de la derecha. ¿Lo ha comentado con el presidente de su partido? Si tenemos un serio problema y Puigdemont y Junqueras apelan a negociar, probablemente quieren evitar el choque frontal. Y es responsabilidad de quien gobierna explorarlo. Salvo que prefiera la confrontación.
Benoit Hamon et Jean Luc Melenchon, los dos candidatos que llevan la bandera de la izquierda en las elecciones francesas, podrían aspirar a tener presencia en la segunda vuelta si se unieran en una sola candidatura y generaran así un efecto de movilización. Y, sin embargo, ninguno de los dos estará allí. Prefieren disputarse entre ellos un hipotético liderazgo de futuro de la izquierda. La psicopatología de les pequeñas diferencias lastrando siempre a la izquierda e impidiéndole sumar.