Las enseñanzas de un revolcón
Arrellanado en su anterior mayoría absoluta, el Gobierno no ha entendido que está obligado a hablar con todos. Y que acordar significa escuchar y, en casi todas las ocasiones, ceder
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El Ojo Izquierdo: 'Las enseñanzas de un revolcón'
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Ya sabrán ustedes que ayer recibió el Gobierno de Mariano Rajoy un sopapo que ningún otro había sufrido desde 1979, y se quedó sin poder convalidar el decreto que liberalizaba el sector de la estiba, reforma a la que estaba obligado por una sentencia europea de 2014. Varias enseñanzas nos deja esta vistosa figura del revolcón gubernamental.
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La primera, que la galbana del presidente se ha contagiado a todo el Gobierno, incapaz de trabajar con esfuerzo para hacer algo que a su presidente tanto le cuesta: negociar. Arrellanados en su anterior mayoría absoluta, todavía no han entendido que están obligados a hablar con todos, sindicatos, empresarios y oposición. Y que acordar significa escuchar y, en casi todas las ocasiones, ceder. Llegaron con los trabajos a medio hacer y su holgazanería y desprecio de los demás les ha llevado a tan singular batacazo.
Pero hay, además, otras enseñanzas para anotar. Por ejemplo, una bien llamativa: que si la oposición se une, aunque solo sea en determinados temas, esta legislatura va a ser como un cólico nefrítico para el Gobierno. Un dolor insufrible.
Y aún una última derivada del ejercicio circense de ayer que la izquierda, en su conjunto, debería tener muy en cuenta: votar unidos unos y otros en ciertas ocasiones no causa sarpullidos, ahogos ni alteraciones graves de la salud. Es más: permite respirar a pleno pulmón.