¿Expulsados o impulsados?
Invertir en la formación de ciudadanos cuyo conocimiento rentabilizarán otros países no es un buen negocio, aunque lo llamen movilidad exterior
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Pasajeros afectados por la huelga del personal de tierra esperan para recibir información de sus vuelos en el aeropuerto Tegel en Berlín este lunes. / Oliver Weiken (EFE)
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Madrid
El número de españoles que residen en el extranjero ha aumentado por octavo año. Hoy son 2.400.000, un millón más que en 2008, cuando comenzó la crisis. No todos ellos son nacidos en España. La cifra incluye también a hijos de españoles nacidos fuera o a hijos de inmigrantes retornados con doble nacionalidad. Aún así, durante el pasado año, casi 66.000 nacidos en España se marcharon al extranjero, casi el doble de quienes se iban en los primeros años de la crisis.
La polémica de Isaías Lafuente (15/03/2017) - ¿Expulsados o impulsados?
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Emigrar no siempre es mala noticia. Muchos se van impulsados a buscar una vida mejor, aunque la suya sea ya objetivamente buena. Pero otros tienen que irse, sencillamente, expulsados por no poder encontrar aquí una vida digna. Sería conveniente saber exactamente cuántos, para conocer la magnitud de la herida personal y social. Porque invertir en la formación de ciudadanos cuyo conocimiento rentabilizarán otros países no es un buen negocio, aunque alguna ministra lo llame movilidad exterior.