Salir de la calle

Madrid

Tener trabajo y no tener hogar quiere decir que una persona está al mismo tiempo en la pobreza extrema y en las cifras de gente empleada en España. Es decir, se puede vivir en la calle y al mismo tiempo servir, involuntariamente, a la causa del país. Es la manera ‘estadística’ de verlo.

Después del milagro económico de Rodrigo Rato en los años 90, que ha terminado como sabemos, el milagro de haber conseguido que un sintecho valga para decir que España está bien, creo que va camino de superarlo. La mayoría de la gente que se encuentra en la calle se quedó sin techo después de haber perdido el trabajo. Hay un mensaje claro: si te has quedado en la calle tras perder tu trabajo, y no has salido de la calle después de conseguir otro, los tiempos han cambiado.

También España ha cambiado, en el lugar más frágil y más sensible. Ha cambiado en el segmento de población que más reforzado debería haber salido por ser el más afectado por la crisis. Ha cambiado para mal, justo en el lugar en el que si las cosas van un poco peor una persona termina por quedarse sin hogar y sin comida, y si eso ocurre cuando una persona tiene un contrato laboral entonces es que ha cambiado casi criminalmente.

Y que aquellos vaticinios de que lo peor de la crisis se vería cuando saliésemos de la crisis eran ciertos. Oficialmente ya somos un país en el que salir de la crisis no significa que se pueda salir de la calle. Se puede ir hacia la prosperidad de cualquier manera, eso estamos aprendiendo ahora. Para eso se necesitan números y no historias que los desmientan.