PP y Podemos

Madrid

Extraño fin de semana éste en el que se celebran el Congreso del PP y la Asamblea de Podemos. Una coincidencia de fechas que Podemos buscó porque, antes de que reventara el enfrentamiento Iglesias-Errejón, daba por seguro que acentuaría el valor de su imagen joven frente a la vieja y gastada del PP. Coincidencia que a los populares no les importó mucho, por indiferencia de ser superior. A una final de la Champions en el Bernabéu no puede preocuparle que a la misma hora juegue el Rayo, ya me entienden.

Por el momento, a Podemos le ha salido el tiro por la culata, porque sus peleas internas solo han servido para que, por comparación, se agigante la solvencia del PP. Rajoy sale fortalecido sin mover un pelo, como siempre, y se acerca a un congreso apacible, mientras que Podemos, que empezó siendo una formación muy original, ha llegado al más convencional y mil veces visto conflicto de las izquierdas, que termina siempre conduciendo a unos al rincón del purismo, donde mengua, y a otros, a las amplias y difusas praderas de la socialdemocracia.

Lo verdaderamente nuevo y aportador sería que ambas miradas lograran conciliarse. Pero no lo creo. Nunca acaba así.