Ministro es, ¿pero de qué justicia?
Que el ministro de Justicia, Rafael Catalá, diga que no se ha acreditado la responsabilidad de Trillo y aquel gobierno del PP en el terrible accidente del Yak-42 es, sin más, un insulto a la ciudadanía
El Ojo Izquierdo: 'Ministro es, ¿pero de qué justicia?'
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Madrid
Es evidente que como este modesto Ojo comentaba ayer, no estaba todo dicho en el caso de Federico Trillo y sus múltiples vergüenzas, hombre polifacético donde los haya, que lo mismo pasea con desparpajo sobre un vertedero judicial que se mueve con soltura en los estercoleros de la corrupción.
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Para demostrarnos que hay aún mucha tela que cortar en este caso, se nos acumulan sus cómplices en la desvergüenza, comenzando por Maíllo y este ministro de Justicia que padecemos, pulcra imagen de tecnócrata traicionada por su aliento de killer. Boquirroto como es, no pierde oportunidad para demostrar que es inútil esperar de este Gobierno alguna muestra de decencia política. Decir a estas alturas del partido que no se ha acreditado la responsabilidad de Trillo y aquel gobierno del PP en el terrible accidente es, sin más, un insulto a la ciudadanía.
Lean ustedes el informe del Consejo de Estado, son 84 páginas, pero merece la pena, y ya entenderán si el ministro miente mucho o poco. Miente todo, les adelanto.
Convendría, además, que alguien nos contara por qué el dictamen lleva fecha del 20 de octubre del año pasado, y el Gobierno, e incluso el propio Consejo, lo han guardado en la nevera hasta hace algunos días. ¿Con qué derecho se esconde esa información? ¿Son acaso secretos los dictámenes del Consejo?
Sanearemos la política, dijeron los caraduras.