Nunca más mayorías absolutas
El retorno del caso Yak 42 nos hace revivir los años de la mayoría absoluta de Aznar, en que el ejecutivo ejerció un estricto control práctico e ideológico de las instituciones.
Madrid
El retorno del caso Yak 42 nos hace revivir los años de la mayoría absoluta de Aznar, en que el ejecutivo ejerció un estricto control práctico e ideológico de las instituciones. Un estilo arrogante y avasallador en el ejercicio del poder que se descompuso cuando la soberbia de Aznar le llevó a meter a España en la guerra de Irak contra la voluntad de casi todos. La evocación de este amargo episodio debería servir a los ciudadanos de lección de futuro: nunca más mayorías absolutas.
Méjico es la primera víctima de Trump. En campaña, el presidente electo pretendía que los mejicanos pagaran el nuevo muro de la vergüenza y ahora les descapitaliza forzando a las grandes compañías a trasladar sus proyectos de inversión en Méjico a la metrópoli. América para los americanos, es decir, para Estados Unidos. Irredento patriotismo del dinero.
Este año será el centenario de la revolución rusa. El siglo XIX creó grandes utopías e ilusiones. El siglo XX fue un cementerio para todo tipo de elefantes: las grandes promesas de redención definitiva se estrellaron en guerras y totalitarismos. El siglo XXI vive políticamente encallado en el presente, como si tuviera miedo a proyectar el futuro.