FAES y PP

Madrid

El comunicado con el que FAES amonesta a Soraya Sáenz de Santamaría demuestra dos cosas que ocurren a menudo en la derecha española. La primera de ellas es que Aznar es el instrumento que el PP tiene electoralmente para presentarse como un partido moderado, aunque sea como ilusión óptica. Aznar es un eje situado en una línea tan dura, que remite a posiciones a veces tan extravagantes, que Rajoy se libera de carga extremista a ojos de sus ansiados votantes de centro. Ha ocurrido esta semana y ha ocurrido en muchas semanas anteriores. Los intentos de tutelaje ideológico de Aznar, que son respondidos habitualmente con silencio por parte del PP, no molestan en Génova; se consideran batallas perdidas de un mundo y un tiempo en el que se tenían opiniones fuertes y decisiones fuertes.

Así que sin abandonar las políticas fuertes, el actual PP se puede presentar más inteligente en la forma. Con mayoría absoluta, desde luego, pero también sin ella, como acaba de demostrar aprobando los presupuestos. Lo que nos lleva a la segunda lección que se extrae del comunicado de FAES. Cataluña.

La diferencia entre el PSOE y el PP es que el PSOE está roto por dentro a causa de Cataluña y el PP por fuera. Que hoy gobierne el PP en España es porque el PSOE está dividido respecto a Cataluña dentro de sus filas, y en el PP dentro no pasa absolutamente nada. Todos los problemas que tiene el PP con Cataluña, que no son pocos, los tiene en FAES y en medios de comunicación. Unidad de acción, se llama. Con lo cual, el independentismo paradójicamente hace más daño al bipartidismo cuando no se mueve que cuando lo hace. Si PSOE y Podemos, especialmente PSOE, tienen que moverse alrededor del soberanismo, sufren.

Sin embargo, todos los problemas de conciencia que tiene el PP respecto a Cataluña los tiene fuera, con FAES, y en el pasado, con Aznar.