La estrecha lucha electoral francesa

Madrid

François Fillon, vencedor ayer en la segunda vuelta de las primarias de la derecha francesa, es el candidato más conservador que podían haber encontrado. Fillon conecta perfectamente con la tradición católica y es totalmente ortodoxo en cuanto a política económica y social. “Es extremadamente tradicionalista”, le definió su adversario, el derrotado Alian Juppé. Seguramente, los votantes de Fillon han pensado que ese perfil es el más adecuado para enfrentarse, y ganar, a Marine Le Pen en las presidenciales de abril próximo. Pero está por ver que competir en un espacio político tan pequeño sea la mejor estrategia para derrotar al Frente Nacional.

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La experiencia no ofrece muchos ejemplos. Más bien al contrario, las ofertas electorales demasiado parecidas pueden terminar provocando confusión. En cualquier caso, las primarias de la derecha francesa, con su espectacular participación, más de cuatro millones de votantes, demuestran que la sociedad francesa está fuertemente movilizada y que el procedimiento elegido para designar al candidato, las primarias, que se han celebrado por primera vez en la historia de la derecha francesa, está totalmente consolidado y va a conceder a Fillon una notable ventaja de partida.

Ahora solo falta que el Partido Socialista celebre también sus primarias, el próximo mes de enero, y que su candidato sea también el más conservador posible dentro de sus propias filas para completar una lucha electoral angustiosamente angosta.