Así fue (desde dentro) la visita del presidente chino a Gran Canaria
El director de Comunicación del hotel en el que se hospedó Xi Jinping explica los detalles de la estancia del mandatario
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el presidente de China, Xi Jinping, acompañados de sus respectivas delegaciones, durante el encuentro / QUIQUE CURBELO (EFE)
Barcelona
Las últimas 48 horas en Gran Canaria han estado marcadas por una visita muy relevante. El presidente de China, Xi Jinping, aterrizó el miércoles en la isla, se reunía ayer con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y ya por la tarde emprendía viaje a su país. Apenas 20 horas de escala, la mayoría de los cuales las ha pasado en un lujoso alojamiento bajo grandes medidas de seguridad.
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Paco Moreno: "Al presidente de China no se le pierde de vista ni un segundo, ni siquiera cuando está en su propia suite"
Tal y cómo ha explicado Francisco Moreno, director de Comunicación del Hotel Lopesan Costa Meloneras, donde se hospedó el máximo mandatario chino, este ha sido uno de los despliegues de seguridad más importantes que se han visto en las islas. "Hay que protegerlo en todo momento para que la imagen que se pueda trasladar sea la que ellos desean. Hay una mezcla entre seguridad absoluta y protección de la imagen del presidente". Como ejemplo, se desplegaron 150 efectivos policiales con francotiradores en los tejados adyacentes al hotel y la comitiva, formada por 30 vehículos, se refugiaban en una carpa instalada a la entrada del hotel para evitar que se viera la llegada del presidente.
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Una de las imágenes más llamativas ha sido la del encuentro con la vicepresidenta en una sala flanqueada por sobrias cortinas rojas. "El restaurante ya estaba decorado de rojo, no vinieron los chinos a pintarlo dos días antes" bromea Moreno. El hotel recibió el encargo solo tres semanas antes tras la visita de una delegación china que se convenció al comprobar las medidas de seguridad. "Al presidente no se le pierde de vista ni un segundo, ni siquiera cuando está en su propia suite".
Entre las anécdotas de la estancia destaca una que tiene que ver con la cocina. El miércoles, una de las primeras cosas que preguntaron es si al día siguiente se les podía hacer una paella para dos personas. "Le dije al director que no preguntara si la hacíamos con arroz "bomba" no fuera a ser que alguien malinterpretara la frase" explica con humor. Además, uno de los departamentos del hotel tuvo que hacer horas extra durante toda la madrugada: "Venían de Chile con al menos 500 maletas y debían traer toda la ropa para la lavandería".
