Empieza la partida
Sospecho que los próximos días los herejes socialistas vascos serán lapidados, pero a mi juicio es el primer movimiento de la gran partida sobre la reforma de la arquitectura del Estado que nos espera inexorablemente
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IÑAKI GABILONDO / MARTES 22/11/2016
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Madrid
El acuerdo PNV-Partido Socialista de Euskadi, saludado como un regreso a la vieja centralidad vasca, está cargado de objetivos juiciosos y razonables, pero incluye una blasfemia: libera el debate sobre el reconocimiento de Euskadi como nación y el derecho a decidir. Insisto, abre el debate. No se trata de que los socialistas vascos abracen el pensamiento nacionalista. Han decidido eliminar las líneas rojas y avenirse a explorar junto al PNV las posibilidades de encuentro que ofrezca la legalidad vigente y estudiar en un estatuto renovado un nuevo marco de relación.
Sospecho que los próximos días los herejes socialistas vascos serán lapidados, pero a mi juicio es el primer movimiento de la gran partida sobre la reforma de la arquitectura del Estado que nos espera inexorablemente y en el que habrán de implicarse todas las comunidades y todos los partidos, y que en Cataluña lleva mucho tiempo distorsionado porque al independentismo se le puedo oponer, además de la ley, el reparo de su insuficiente mayoría pero hay casi un 80% que reclama un reconocimiento identitario de grado superior. Y eso no se va a poder soslayar eternamente ni se va a evaporar por la vía judicial.
Pronto o tarde habrá que sentarse a hablar y poner los asuntos políticos en manos de la política. Así que empieza la partida en Euskadi el primer movimiento.