Desconocidos
Yo nací para escuchar historias de desconocidos
![Historias a media mañana con Espido Freire (21-11-2016) - Desconocidos](https://cadenaser.com/resizer/v2/BFJCLMA43RKW3N5C65PYM3MHTA.jpg?auth=b68377264c0f6cbd1c1a904fac24559fc03dfc207e530de241c7da9c43809d67&quality=70&width=736&height=414&smart=true)
Historias a media mañana con Espido Freire (21-11-2016) - Desconocidos
02:06
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Madrid
Si hay alguien raro en el autobús, podemos apostar lo que quieras a que se sentará a mi lado. Es así: hay quien nace rubio, o miope, o con buena voz. Yo nací para escuchar historias de desconocidos.
Antes me molestaba: quería leer, o quería escuchar música, o mirar por la ventana, o pensar, si es que es posible pensar mientras una voz automática te recita el día, la temperatura y la parada siguiente. Entonces, una mañana muy soleada de noviembre, una señora mayor se sentó a mi lado. El hombre que ocupaba ese asiento se lo cedió. Vestía bien, con una buena chaqueta de paño, estaba bien peinada por delante, aunque tenía el cabello chafado por detrás, de haberse olvidado de arreglarse cuando se levantó. Suspiró. Yo evité mirarla. Sabía que me aguardaba una historia más, y no me apetecía. Regresaba a casa tras una guardia larga, difícil, quería acostarme y dormir mis ocho horas.
Pero la señora me atravesó con unos ojos miel, enrojecidos, sin lágrimas.
- Acaban de decirme que estoy enferma -me dijo-. Y creo que ya no tengo ganas de vivir.
No esperaba respuesta, solo me lo decía a mí porque estaba allí; o porque necesitaba escuchar su propia voz, fuera del pensamiento que aleteaba en su cabeza.
Guardamos silencio. El cielo azul mostraba algunas hojas pardas sujetas por las patitas.
- A mí a veces me ocurre lo mismo -le contesté.
Llegó a su parada. Me apretó la mano.
-Gracias -me dijo.
Antes me molestaba. Pero ahora sé que yo nací para escuchar historias de desconocidos.