Lo que la luna esconde

Han ido hasta la luna 24 hombres, doce la han pisado. Cinco mil años distancian el viaje del Apolo VIII del santuario de Stonehenge, el observatorio más antiguo de Europa. Su versión moderna está en el pico del Teide, donde Paqui Ramos se cita con Alfred Rosenberg, una de las personas que más sabe de la luna, y que nos ofrece estas imágenes producto de su trabajo.

Eclipse de superluna:

El cielo en Canarias es un espectáculo protagonizado por la Vía Láctea, pero no hay protagonista como la luna. Los visitantes de un museo en Washington, con los que se cruza Javier del Pino reaccionan de forma curiosa ante el fragmento de nuestro satélite que ocupa el mejor lugar del edificio, mientras el fragmento conservado en España anda un poco eclipsado en el Museo Naval de Madrid.

Un Galileo de nuestros tiempos, el astrofísico Carlos Westendorp, nos permite buscar en su casa las evidencias de su oficio, que incluye la producción de Coffe Break, el mejor podcast en español sobre el tema.

A tres años de la fecha prevista para alcanzar la luna, el proyecto Apolo compromete a cuatrocientas mil personas, algunos de los cuales pasan meses trabajando doce horas diarias siete días a la semana, y el mayor presupuesto desde la creación de la bomba atómica. Llegado el momento, los tres primeros astronautas murieron por una chispa del cableado en el ambiente puro de la cápsula. El incendio quemó todo el oxígeno antes de que se pudiera abrir la escotilla y se asfixiaron.

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El regreso desde La Luna dependió siempre de un solo motor y siempre estuvieron a un paso del desastre. El Apolo VIII llegó a la luna en la Nochebuena de 1968, alcanzando la velocidad más elevada a la que ha viajado el hombre, 38.000 kilómetros por hora, y trayendo la primera fotografía de nuestro planeta colgando en el espacio exterior.