Mientras el niño duerme
Ven, siéntate de una vez, vamos a hablar
Madrid
-Se ha dormido.
-¿Se ha dormido, al fin?
-Sí, ya era hora.
- Cuando le da…
- Bueno, es normal.
- Tú todo lo arreglas diciendo que es normal.
- Porque es normal. Lo dice en el libro.
-¿Qué hora es?
-Casi las diez. Tardísimo. ¿Quieres que pongamos una peli?¿Vemos la serie?
-No me acuerdo ni de en qué capítulo la dejamos. No, déjalo. Seguro que nos quedamos dormidos.
-Bueno, pues ¿qué hacemos?
-Nada. Ven, siéntate de una vez, vamos a hablar.
-¿Hablar? ¿De qué?
-De nada, de nada. Es una manera de decirlo. De cosas nuestras, de temas que no tengan que ver con el niño. Ni con sus tomas, ni con la rutina de baño, ni con el sueño, ni con nada del niño. De nosotros. Del trabajo.
- Uff, del trabajo no, por favor. Valientes ganas ahora de hablar del trabajo.
- Pues de lo que quieras.
-Es que no tengo nada que contarte. No me ha pasado nada. No sé. ¿Qué quieres que te cuente?
-No se trata de contarme nada. Solo de que hablemos. De lo que quieras, no es un exámen.
-Pues lo parece...
-…
-¿No has oído algo?
-No.
-Yo sí. Voy a ver si está todo bien. Ahora vengo y seguimos hablando.
- Claro. Seguimos hablando.