Frenar la marea ultra
Vienen tiempos en los que serán necesarios liderazgos sólidos y serenos, pero valientes y sobre todo muy conectados con la realidad que es múltiple y muy móvil
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Pepa Bueno: 'Frenar la marea ultra'
03:02
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Madrid
Como dice Obama, hoy también ha salido el sol. Aunque Donald Trump vaya a convertirse en presidente de los Estados Unidos. Obama y Hillary -ella tarde, muy tarde- aceptaron con un discurso impecable la derrota. Se los ha llevado por delante un demagogo reaccionario, un republicano que recoge la ira que han desencadenado dos acontecimientos provocados por la gestión precisamente del Partido Republicano: la guerra de Irak y sus terribles consecuencias hasta hoy en toda la ribera sur del Mediterráneo; y el estallido de la gran crisis del 2008, tras la caída de Lehman Brothers y el chiringuito financiero descontrolado alentado por Wall Street.
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Pepa Bueno
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Pepa Bueno
Pero así son las cosas… La corriente de fondo de la ira, de la que llegan señales continuamente, nos aboca al triunfo de demagogos extremistas que proponen soluciones mágicas a problemas complejos. Pero la complejidad no puede ser una excusa para que quienes llevan años ignorando esa corriente de fondo, sigan sin enderezar el rumbo para combatir de verdad la desigualdad, la real y la de las expectativas. Para aplicar con valentía el derecho internacional a los refugiados, para ordenar con respeto a los derechos humanos el trasiego de personas que buscan asilo o simplemente refugio económico y para enfrentarse de nuevo al racismo, que estaba antes de todo esto y emerge ahora con virulencia.
Frente a los ultras solo sirve la razón. Vienen tiempos en los que serán necesarios liderazgos sólidos y serenos pero valientes y sobre todo muy conectados con la realidad que es múltiple y muy móvil. Mirar alrededor para encontrar esos liderazgos provoca más desazón casi que el triunfo de Trump.
Aunque nada está escrito. Las catástrofes políticas no son inevitables. Urge que la política -la política y no las bravatas y los eslóganes- haga un buen diagnóstico para aplicar una buena medicina. Urge volver a hacerse preguntas básicas. ¿Qué es hoy el progreso? ¿Qué es hoy ser progresista? ¿Dónde está la izquierda que genere la suficiente confianza para ganar en las urnas? ¿Cómo hacer posible que las irritadísimas sociedades occidentales no pierdan más pero asuman que hay que compartir el bienestar con países que apenas salen de la hambruna o la guerra?
Trump y Obama se ven hoy, en su primer encuentro en la Casa Blanca. Y las bolsas en general -y las de Estados Unidos ya ven qué cosas- no están tan asustadas como el resto del mundo.