Mala consejera es la impaciencia
Es malo, muy malo, precipitarse. Y tener la lengua floja, todavía peor. Lanzar propuestas programáticas del calibre de sumar votos con Podemos no debe hacerse en la mesita de un bar
El ojo izquierdo: 'Mala consejera es la impaciencia'
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Madrid
Ha decidido la gestora del PSOE abrir expediente a los diputados que se saltaron el acuerdo de abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy. Lo normal. Como también sería de esperar que ahí se quede la aplicación del reglamento: multa y a pasar página. A los socialistas les queda mucho camino para volver a encontrar el punto de encuentro entre la impaciencia desenfrenada y la quietud paralizadora.
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No se acaba de entender, por ejemplo, en qué benefició a Pedro Sánchez su aparición televisiva del domingo. Las grandes decisiones -y volver a presentarse a liderar el PSOE lo es- exigen mesura y madurez para ganar en fortaleza. Es malo, muy malo, precipitarse. Y tener la lengua floja, todavía peor. Lanzar propuestas programáticas del calibre de sumar votos con Podemos no debe hacerse en la mesita de un bar. Porque estas frasecillas dichas al vuelo trivializan el mensaje y reducen las complejidades de todo un proyecto político y económico al pincho de tortilla. Menos prisas, que todo requiere un espacio escénico determinado y un tiempo de reflexión.
Tampoco crean la gestora y sus avalistas que cuentan con todo el tiempo que les plazca, y no deberían confiar en que el paso de las semanas, o los meses, calmen las aguas y las cataratas del Niágara se conviertan en una playa de Benidorm.
Al punto. La carne roja, al punto.