Dos veces racismo

Madrid

El fiscal pide imputar a tres personas por discriminar al actor Will Shephard en la Feria de Málaga. Se trata de un problema muy arraigado que tiene que ver con el “reservado el derecho de admisión”. A veces ese derecho reservado se utiliza para no dejar entrar a gente con ropa que no te gusta, con cara que no te gusta o con piel que no te gusta. Judicialmente es difícil de probar: puede alegarse cualquier cosa. Pero quien lo haya visto sabe que estas cosas ocurren. Y aunque en el caso de Will Shephard tiene que ser la justicia quien decida qué ha ocurrido en la Feria de Málaga, estaría bien que la denuncia del actor gallego abriese un debate.

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La mayoría de rechazados en esa caseta eran latinoamericanos y negros. El dueño y los porteros han rechazado las acusaciones y alegan que había un exceso de aforo en el local. Con lo cual se me ocurre que era una caseta dirigida al público latinoamericano o negro, porque si esos eran los chicos a los que no dejaron entrar, sería muchísima casualidad que los que estuviesen dentro fuesen todos blancos.

La denuncia dice que hubo discriminación racial hacia cinco personas. Una de ellas, el actor. Porque si no hubiese sido famoso no sé si habría denuncia pero desde luego lo que no habría es repercusión. Y el racismo invisibilizado es dos veces racismo. Afortunadamente no es la primera vez que Shephard levanta la voz. En una entrevista hace meses le preguntó al periodista si la policía le solía parar para identificarlo, para pedirle el carné. Ser blanco impide muchas veces conocer la realidad de problemas rutinarios y mundanos de los negros, prácticamente del mismo modo que ser hombre impide exactamente lo mismo respecto a las mujeres. Por eso es tan importante que ese privilegio se convierta en responsabilidad.