¿Política o performance?
Una pelea de gallos necesita al menos dos. Y ayer se encontraron en el debate de investidura
Madrid
Cualquier pelea de gallos necesita al menos dos. Y ayer se encontraron en el último minuto del debate de investidura. Pablo Iglesias había provocado al respetable afirmando que en el Congreso había más potenciales delincuentes que en la calle. Aparte del clamor del graderío, con algún insulto de autor no identificado, no encontró respuesta de ese tono en Rajoy. Hasta que apareció Rafael Hernando, el mismo que acusó a las víctimas de Franco de rememorar a los muertos por las subvenciones, y le dijo a Iglesias que “no está hecho de mejor pasta que muchos corruptos que están en el banquillo”, desempolvando una acusación por financiación ilegal de Podemos que el Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional han archivado.
La polémica de Isaías Lafuente (28/10/2019) - ¿Política o performance?
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Que la presidenta podía haberle concedido a Iglesias una réplica por alusión tan directa, parece evidente. Pero ese presunto error no se puede responder con una performance, como un penalti mal pitado no justifica que abandone el campo el equipo perjudicado. Desde luego que no es Pablo Iglesias ni Podemos quienes inauguran esta práctica. Partidos y parlamentarios de toda índole les han precedido con notable aplicación. Pero esperábamos otra cosa de la nueva política.