Buena amiga
Su amiga Rosa ha llamado para decirle que han visto a su marido salir del Hotel Real con otra mujer, varias veces
Madrid
Su amiga Rosa ha llamado para decirle que han visto a su marido salir del Hotel Real con otra mujer, varias veces. Una mujer rubia, bastante guapa, con clase. Llegan y se marchan en el coche de él. Lo sabe casi toda la urbanización y ha creído que su deber de amiga era advertírselo. Rosa no es Tan amiga. Coinciden en el colegio del niño y en el gimnasio, a veces. Ana guarda silencio al otro lado del teléfono.
-Gracias.
-Quizás debería habértelo dicho en persona.
-Quizás, sí.
-Me daba miedo que cualquiera te lo contara de mala manera.
-Ya.
-Ahora me siento mal. Tendría que haber esperado al jueves y habértelo contado cara a cara.
-Perdóname, Rosa, es que tengo muchísima prisa.
Ana colgó. Se miró la alianza de boda, y el solitario que le había regalado su marido hacía cinco días. Era muy bonito, un poco ostentoso, el tipo de joya que a ella le gustaba. Con los años había reunido varios anillos, unos pendientes de esmeraldas también. Antes o después, llegaba una llamada parecida a la de Rosa. Ella fingía sorpresa, un silencio digno. Luego, de manera amable, pero tajante, rompía la amistad con la delatora. Qué sabría nadie lo que pasaba en su casa, ni qué les importaba. Siempre supo cuando la engañaba su marido, y también cuando lo hizo por cerrar un buen negocio.