¿A qué ventanilla tienen que acudir los valencianistas?

Madrid

Después de cuatro jornadas de Liga, el Valencia es el último, colista. Único equipo de primera división que no ha sumado ni un solo punto, cero en su casillero. Y claro, todo el mundo mira al banquillo, a Pako Ayestaran, un hombre que aceptó este reto, al que engañaron y que no tuvo la dignidad de dimitir antes de empezar la temporada porque le vendieron a casi todo lo que le prometieron que no le iban a vender. Y aunque tenga su parte de culpa, yo creo que habría que mirar más arriba.

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El Valencia es un gran club, histórico. Tiene una afición crítica pero ejemplar, exigente, y una plantilla que desde luego no merece lo que está viviendo. Pero, ¿a qué ventanilla tienen que acudir los valencianistas, a la de la presidenta, que nadie sabe dónde está, o a la de Peter Lim, el dueño, que a esta hora de la mañana no sé si sabrá cómo ha quedado el Valencia? Porque esa es la pregunta: ¿a qué vino Peter Lim a Valencia, a reflotar a este club o a hacer negocio? ¿Sabe que su club es último?, ¿sabe cómo fue el partido de ayer? ¿Es uno de sus varios negocios que dirige desde Singapur? ¿A él hay que llamarle?

Mala pinta tiene. Es un barco que va a la deriva y veremos si Ayestaran, el próximo jueves, no acaba pagando los platos, aunque él no sea responsable.