Quizás dentro de unos años

Madrid

Es posible que la elección de la Mesa del Congreso haya servido para un par de cosas: para demostrar que los nacionalistas, en España, se integran cómodamente en lo que se identifica como la derecha o por lo menos con los intereses de la derecha económica, y para despejar algunas fantasías en las cabezas de los estrategas de Podemos, bastante distraídos, por lo que se ve, sobre las diferencias que existen entre la izquierda y el PNV y la antiguamente llamada Convergencia Democrática de Catalunya.

Pablo Iglesias dijo ayer que le parece “severamente comprometida la opción de cambio”, lo que quizás indique que finalmente empieza a comprender que su estrategia de cambio ha querido encerrar la realidad en un modelo geométrico que quizás era estupendo para sí mismo y para su grupo, pero que como ocurre siempre la realidad no cupo donde él quería.

Así que la presidenta del Congreso es Ana Pastor, que Ciudadanos tiene dos miembros en la Mesa y que un gobierno popular se las prometería muy felices en esa cámara. Y que “severamente comprometida” la fantasía de cambio que ideó Podemos sin atender a la realidad, es posible que también Rajoy haya aceptado que su propia fantasía de gobernar a su aire con el apoyo socialista tampoco cabe y que si quiere gobernar lo tendrá que hacer con 137 diputados.

Difícilmente un grupo de partidos y de dirigentes políticos ha demostrado menos visión, menos habilidad y menos capacidad de análisis que los que se sientan hoy en las bancadas del Congreso. Pero siempre se puede confiar en la capacidad de aprendizaje del ser humano, quien sabe quizás dentro de dos años…

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