Una mesa que no tiene nada de protocolario
Frente a Ana Pastor debería haber un candidato que representara a la izquierda, pero todo parece indicar que la izquierda va a ser incapaz de superar sus diferencias
La mirada de Soledad Gallego-Díaz: Una mesa que no tiene nada de protocolario
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Madrid
La Mesa del Congreso de los Diputados está formada por un presidente, cuatro vicepresidentes y cuatro secretarios. Es el organismo que regula los trabajos y el presupuesto de la Cámara y tiene una importancia más grande de lo que muchos ciudadanos creen. De esa Mesa depende admitir o no las propuestas del gobierno, la tramitación de todos los escritos de índole parlamentaria o la creación de comisiones de investigación, por ejemplo.
La Mesa del Congreso podría, si quisiera, cambiar la manera en la que se formulan las preguntas del control del gobierno de turno, que en su absurda configuración actual parecen frecuentemente un puro disparate. Estar o no estar en esa Mesa, tener garantizada o no una mayoría en ella, es una decisión política importante, no una mera decisión protocolaria, ni mucho menos. Esa Mesa es lo que se va a elegir hoy. Dado el resultado de las elecciones, solo es posible hacerlo mediante negociaciones.
Por el momento, solo se sabe que existe un acuerdo entre el Partido Popular y Ciudadanos, según el cual Albert Rivera apoyará al candidato a presidente del Congreso del Partido Popular a cambio de que les ceda una vicepresidencia y una secretaria de las cuatro que corresponden a los populares.
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Para Ciudadanos, que no tiene fuerza por sí mismo para estar presente en la Mesa, es un buen acuerdo. Y además, parece que Rivera ha sido capaz de obligar al PP a descartar como candidata a alguien tan significado como Dolores de Cospedal, y sustituirla por Ana Pastor, que no es solo una amiga íntima de Rajoy, sino que también ha demostrado ser una política solvente, con una imagen de moderación notable.
Frente a Ana Pastor debería haber un candidato o candidata que representara a la izquierda política de la Cámara, pero todo parece indicar que, una vez más, la izquierda va a ser incapaz de superar sus diferencias. Veremos. Solo queda pedir que si no son capaces de ponerse de acuerdo, por lo menos dejen de contarnos más cuentos chinos para ocultar la realidad: por encima de todo, están sus propios intereses partidistas.
Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL PAÍS'. Actualmente firma columnas en este diario y publica...