¿Importa el desamor de la alcaldesa romana?

Madrid

El pasado domingo Virginia Raggi se convirtió en la primera alcaldesa de Roma, una ciudad fundada hace 28 siglos. La propia alcaldesa subrayó la relevancia en un país en el que, dijo, “la Igualdad entre hombres y mujeres sigue siendo una quimera”. Y lo ha podido comprobar. En los últimos días varios medios de comunicación están hablando de su vida sentimental, alguno le ha llegado a atribuir algún amante, y se habla de su matrimonio roto a partir de una frase en una carta que su marido colgó en Facebook, algo que ha indignado en lo personal a la ya indignada política del Movimiento Cinco Estrellas.

Y no nos extraña. Porque seguramente no hubiera sucedido lo mismo en el caso de un alcalde varón, porque la vida privada de una alcaldesa es un dato despreciable en el juicio de su acción pública, salvo que se dedique al crimen en su tiempo libre, y porque la ciudad, suponemos, tendrá mayores retos que afrontar antes de ocuparse del corazón de la alcaldesa, aunque Roma, al revés, se lea amor.