Y al fondo, los muchos años de cárcel que piden para Urdangarin

Madrid

Andamos agobiados por esta campaña electoral que nada soluciona, pero que ha conseguido enturbiar aún más la deplorable situación política en la que nos encontrábamos tras el fiasco del 20-D. Pero sin olvidar estas cuitas partidistas, ni tampoco la singular amenaza del Brexit, deberíamos prestar más atención a otras cuestiones de no escaso interés en la crónica de nuestro país.

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Porque mientras unos agitaban corazones y sonrisas, los otros flores —¡qué difícil saber cuál de los spots electorales son más cursis o ñoños, si el de Unidos Podemos o el del PSOE!— y los demás venden aburrimiento, en Palma de Mallorca un fiscal, de nombre Pedro Horrach, le echaba los lobos a un juez, José Castro, por haber empapelado a la infanta Cristina. Dejemos ese triste episodio de pelea de togas, propio de Los dualistas, de Joseph Conrad o Ridley Scott, elijan ustedes, para quedarnos con lo mollar. Y lo mollar es que Horrach —además de ese canto a la probidad de la hermana del Rey— ha solicitado para Urdangarín nada más y nada menos que 19 años y medio de cárcel. Da un sofoco leer los presuntos delitos de don Iñaki Urdangarin, de tan altos vuelos: tráfico de influencias, malversación, prevaricación, fraude, estafa, falsedad, delitos contra Hacienda y blanqueo de capitales. Que nada —ni campaña electoral ni Brexit— consiga tapar las vergüenzas de quienes tanto fueron.