Cuando la política apela a las emociones

Madrid

En el caso de Unidos Podemos nos hemos ido desplazando de aquella frase, el miedo cambia de bando, que son dos emociones distintas. Una más fría, otra más cálida, aunque también depende de la sonrisa. Este segundo lema, con un corazón, un arcoiris, evoca una naturaleza feliz de la campaña. Tiene su lógica interna: los adversarios de Podemos agitan el miedo a este partido, y el partido reacciona dibujando corazones. Todo esto tiene que ver con algo muy arriesgado: las emociones.

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Hay una película animada que me gustó mucho, reciente, de Pixar, que se llamó en España ‘Del revés’, ‘Inside Out’. En ella se mostraba el interior del cerebro de una niña y las emociones que vivían allí dentro: la ira, la tristeza, la alegría, el miedo…, y que vivían sus propias aventuras de acuerdo a la vida de la cría. Pienso en lo interesante que sería la visualización del elector ante la campaña española cuando se apela a las emociones. Entre las que habría que instalar también el prejuicio, que siempre mueve montañas.

La gestión de sentimientos el acuerdo Podemos-IU es importante al tratarse de dos partidos con programas semejantes. ¿En qué se distinguen? IU es más cerebral, Podemos más pasional. Y así los mensajes más teóricos del primero se suman de esta manera a los estímulos sentimentales del segundo. Será en cierto modo como una grada leída.