¿Me haces la colada?
Las lavanderías autoservicio llegaron a España hace cinco años y desde entonces, son la alternativa más cómoda y barata al agua, el detergente y la electricidad consumidos en casa
Un cliente pone la lavadora mientras otros tres esperan a que su colada termine / Jorge París
Madrid
Más del 90% de hogares españoles tienen lavadora, según el INE. Sin embargo, las máquinas domésticas tienen competencia desde hace cinco años. La escena de alguien leyendo o escuchando música sentado frente a una enorme lavadora mientras su colada da vueltas dentro ya no se reduce a las películas americanas ni a los estudiantes del norte de Europa. Las lavanderías autoservicio, negocio relativamente nuevo en nuestro país, ya ha experimentado un auge a razón de centenares en comunidades como Madrid.
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La crisis ha hecho el resto. César es dueño de uno de estos locales en el barrio de San Lorenzo desde hace nueve meses. El primero que ha dejado de lado la lavadora de su casa ha sido él, y detrás han ido una buena cantidad de vecinas, a las que al principio les costaba entrar en su negocio. “Ahora, me bajan la ropa por la mañana y yo se la lavo, se la seco, se la doblo y se la entrego”, a veces a domicilio.
Ana es una de ellas. Ella también tiene lavadora en casa y dejó de usarla cuando se informó sobre las lavanderías self-service e hizo números. “Yo lavo dos o tres veces a la semana. Ahora junto todas esas coladas en una, que me sale por 10 euros en una hora. Mientras que en casa, se gasta el detergente, el agua, la electricidad…”. César coincide. A él le caben “20 pantalones” en una lavadora y se ahorra “montar el tendedero en casa en invierno y estar pendiente de la calefacción para ver si se seca la ropa”.
Con una capacidad de hasta 15 kilos, las máquinas self-service permiten un lavado por cuatro euros. Detergente y suavizante incluidos, puesto que vienen incorporados en las lavadoras. Para la secadora se pagan tres euros por 18 minutos. “Por economía y comodidad, la gente ya usa las lavanderías para todo, y no sólo para lavar el nórdico o las cortinas”, dice Silvia Pérez, de Colada Express, una de las cadenas con más locales por España (tiene más de 200). El abanico de clientes también ha variado, según Pérez. “Antes era normal ver, sobre todo, a estudiantes. Ahora viene gente mayor que vive sola o incluso familias enteras que necesitan poner varias lavadoras al día”.
