Dios y Lucifer compiten por el ser humano
El historiador Javier Alonso, explica la relación que existe entre el dogma y nuestros temores
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Madrid
Miedo y religión siempre han ido de la mano. En sus múltiples caras, el dogma intenta responder varias de las preguntas que más nos atormentan. Nosotros, con este Elementos del Miedo, sólo queremos responder a una: ¿por qué la religión se alimenta de nuestros temores?
Para comprender su papel, contamos con la presencia del historiador y biblista Javier Alonso, que destaca que las religiones han sido y son un catalizador de todos nuestros actos. A su parecer, el hombre necesita una guía, instrucciones para conocer si lo que hace está bien o está mal. Y la religión ha aprovechado esta necesidad para imponer su ley divina y crear el concepto de pecado.
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A lo largo de la historia, la religión ha aprovechado la ausencia de leyes, para ser ella la catalizadora de los comportamientos sociales. Ha dictaminado lo que estaba bien, lo que estaba mal y el castigo que suponía caminar por la senda equivocada: quemarse en el infierno.
El concepto de infierno juega con uno de los mayores miedos de la humanidad. Vivimos preguntándonos qué hay más allá de la muerte. Nos espanta no poder saber qué será de nosotros tras el último aliento de vida. Así que las religiones ofrecen su respuesta a esta cuestión y, para ello, crean el cielo y el infierno. Dos conceptos muy ligados al miedo y control. Mientras que cumplir la ley de Dios te garantiza un placentero más allá, apartarse de su voluntad te condena a una eternidad de sufrimiento. Sin duda, una vez más, se usa el miedo a lo desconocido para controlar patrones y conductas sociales.
Sin embargo, Alonso destaca que el hombre percibe el bien y el mal como dos poderes de igual fuerza. Y así se refleja en la religión, porque nadie es absolutamente bueno ni totalmente maligno. “En un cuento de Italo Calvino, un soldado recibe un cañonazo y se parte en dos. Una parte es absolutamente buena y la otra absolutamente mala. Ninguna de las partes parecía humana”, comenta Alonso argumentando que para sentirnos humanos, necesitamos tanto la bondad, como la maldad.
Todas las religiones coinciden en que el mal es una parte de la naturaleza humana. Por eso, muchas veces nos identificamos más con los actos de Lucifer que con las palabras de Dios. El diablo, en sus múltiples formas y nombres, representa caer en la tentación, no hacer la voluntad divina, incumplir con lo que, a ojos de la religión, es la pauta correcta. Pero, ¿qué sería de nosotros si no abrazáramos, ni por un instante, nuestros pensamientos más oscuros?
Dios y el Diablo son las dos caras de una misma fuerza. Al final, sólo hay que darse cuenta que, son dos figuras que se reparten esferas de actuación y compiten por el ser humano.
Nota: citas leídas de Drácula de Bram Stoker.
EXTRACTOS DE PELÍCULAS
- DRÁCULA DE BRAM STOKER. Francis Ford Coppola, 1992.
- SEVEN. David Fincher, 1995.
- LA PROFECÍA, Richard Donner, 1976.
- PACTAR CON EL DIABLO, Taylor Hackford, 1997.
- LA GUERRA DE LAS GALAXIAS. EPISODIO V: EL IMPERIO CONTRAATACA, Irvin Keshner, 1980.
- EL DIA DE LA BESTIA, Alex de la Iglesia, 1995.
- EL FINAL DE DAMIEN (LA PROFECÍA 3), Graham Baker, 1981.