Lo sienten mucho por Grecia

Madrid

Durante los interminables días que duró la crisis griega, las agencias internacionales dieron cuenta de la inflexible posición que defendía el gobierno español exigiendo al ministro Varoufakis y al presidente Tsipras que obedeciera las reglas comunitarias. El ministro De Guindos, relataba entonces Bloomberg, eclipsó a su colega alemán en la defensa de la ortodoxia de la eurozona.

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Es el mismo ministro, aunque en funciones, que explicó la semana pasada en Bruselas que el gobierno español no ha podido cumplir el déficit acordado con la Comisión y que ese incumplimiento había permitido que la economía española creciera y que se creara empleo, en su mayoría precario y muy mal pagado, hay que precisar, pero empleo. Y que sería muy injusto multar a España o que se retengan fondos comunitarios a los que tiene derecho. De Guindos ofreció el recorte de 2.000 millones de euros cuando la Comisión hablaba de unos 4.000.

Perfecto. En los próximos días, el mismo ministro De Guindos tendrá que pronunciarse sobre el cumplimiento de las condiciones del rescate de Atenas. Los acreedores quieren que Tsipras recorte el equivalente a otro 2% de su PIB para dárselo a ellos, pero eso supone exigir unos ajustes totales de unos 8.500 millones de euros. ¿Qué hará el gobierno español en funciones? ¿Será De Guindos capaz de mantenerse tan inflexible como lo fue hace unos meses u optara por el silencio? ¿Qué posición mantendrá cuando se plantee la posible reestructuración de la deuda griega? Tanto hablar de lo importante que es ayudar a Grecia y el PSOE, Podemos e IU han sido incapaces de enviar a Bruselas a un sustituto de De Guindos. Lo sienten por Grecia. Mucho.