La misma pregunta: ¿cómo se logra una mayoría para gobernar?

Madrid

De corrupciones, Ausbanc, y quienes amamantaban el venal chiringuito, banqueros y jueces incluidos, lo que se conoce como la crème de la crème de las clases respetables, y de política, el nulo avance para buscar una solución al problema de Cataluña -¿o es que hay alguien que discuta a estas alturas que estamos ante un auténtico problema?- y, por supuesto, ese anuncio de posible coalición entre Izquierda Unida y Podemos.

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Decíamos ayer de corruptos y corruptores, y pocos ejemplos tan cristalinos como el de Ausbanc, donde hay que hacer auténticos esfuerzos para saber en muchas ocasiones en qué lado se encontraban las víctimas y en cuál los verdugos. De la entrevista en la Moncloa mejor ni comentarla, porque evidencia, de nuevo, que ninguna solución de cualquier mal que aflija a este país, pasa ya por esperar soluciones que provengan de Rajoy y su entorno. Del acuerdo entre IU y Podemos, si es que cuaja, que ya veremos, simplemente constatar que a las nuevas elecciones van a presentarse cuatro fuerzas bien definidas. A saber, una derecha rancia y hasta el cuello de corrupción, esto es, el PP; una derecha más moderna, más dialogante y más abierta, como Ciudadanos; una socialdemocracia clásica, el PSOE, y una izquierda radical –no es un término peyorativo- como esa nueva coalición.

La misma pregunta: ¿con esos mimbres, cómo logramos una mayoría para gobernar?