A Raúl Castro
Presidente de la República de Cuba
Madrid
Señor Presidente de la República de Cuba, qué alentador el animoso grupo de octogenarios centrado en el hermano Fidel, ataviado con ropa de gimnasia. Es la imagen de la esperanza. Porque la revolución cubana integra a todos y en manera alguna discrimina por razón de edad. Momento de recuperar el silogismo. La primera premisa es que todo hombre es mortal. La segunda que Fidel y Raúl son hombres. La conclusión, que los Castro son mortales. Sucede, además, que los regímenes personales llevan anillada la fecha de su extinción, coincidente con la de la muerte de sus fundadores.