Diez canciones para diez tipos de besos
Hay muchas formas de besarse, tantas como canciones. Besos cálidos, lentos, etílicos, de despedida, de verano, besos traidores o besos de despedida
Madrid
Cada beso es diferente, tiene un contexto, una temperatura distinta. Cada beso puede tener una banda sonora diferente. Diseccionamos los distintos tipos de beso y les buscamos una banda sonora a la altura del momento.
El beso lento, dulce y largo
Es el beso de los que tienen complicidad, incluso amor. Es el beso de la gente que se conoce y se quiere. Un beso de sofá, amarrados, un beso que empieza despacio y que se va calentando camino del dormitorio. Un beso que tiene un punto tierno y un punto golfo, un beso con manos largas… un beso que prende como el ‘Fire’ de Bruce Springsteen.
El beso casto y amoroso
Besos con ojos entreabiertos y caricias en el pelo, entre el pico inocente y el morreo contundente. El beso que se puede dar delante de los suegros o los hijos. Un beso que no calienta el pantalón pero alegra el alma. Más intenso que el beso de antes de irse a trabajar pero menos que el de “bienvenido a casa”. Un beso que se puede acompañar de un guiño de ojo y una canción de Paolo Nutini.
El beso caliente
Beso de serpiente, tornillo, besos cálidos y sudorosos de los que acaban derribando la puerta del dormitorio o la ventanilla del coche de una patada. El beso que no tiene marcha atrás, el que prende la gasolina cuando se asume que la fiesta ha comenzado. Un beso tórrido y pasional como esta canción de The Coasters que inspiró el sensual baile de ‘Death proof’.
Besos de discoteca
Los besos de discoteca se diferencian poco de los picantes, de los de ruptura y de los de borracho, pero tienen canciones diferentes. Ruido, volumen y gente moviéndose tras los parpados cerrados. Son besos de sofá o contra la pared, en el baño si tienes suerte, pero con canciones que parecen encadenarse sin fin como este genial ‘I follow rivers’.
El beso de Judas
El beso traidor, el beso camuflado de puñalada. El beso que esperas no recibir pero que en el momento que te tocan esos labios lo identificas. Es una traición, un beso rápido y sin ganas, carente de pasión. Un beso para salir del paso y huir corriendo a otros brazos. Un beso traidor con música de Leonard Cohen y aquel “todos saben que eres infiel” de ‘Everybody knows’.
Besos de borracho
El beso de los borrachos, de los desconocidos que entrecruzan sus lenguas en una calle oscura, en un bar semivacío. Besos de bocas frías por los hielos de las copas o calientes por el humo del tabaco. Besos divertidos entrecortados por risas y bromas. Besos tontos con personas anónimas, besos que no acaban en nada, que olvidas pero divierten con música de Jacques Dutronc
El beso postcoital
El mejor beso, el del trabajo bien hecho. El beso final de todos los besos. El de “buenas noches cariño”, el de “me tengo que ir que mañana trabajo”, el de “ya si eso te llamo”. Besos que en situaciones normales se podrían dar en la mejilla pero que tras la confianza del sexo se dan en la boca mientras cierras los ojos o la puerta.
Besos de verano
En el verano los besos saben distintos, son más cálidos, más especiales. Los besos de verano a los amores de verano son fugaces e intensos. Más memorables que los besos de los borrachos, más cerca de los besos picantes. Son besos que pasados los años todavía se recuerdan, que como aquellas canciones de verano se quedan en la memoria por causas que los científicos no han conseguido todavía esclarecer.
Los besos de despedida
Los besos de despedida son los besos más tristes del mundo. Son besos que no quieres dar, besos obligados. “Me tengo que ir, te echaré de menos”. Nadie extraña estos besos y nadie los olvida. Son besos que pueden ser los últimos pero que no lo sabes. Son besos especiales, como esas canciones tristes que escuchas cuando tienes la lágrima pidiendo paso.
Besos de ruptura
El último beso, el beso final de todos los besos. El adiós, hasta nunca, se acabó. Este beso tiene dos modalidades. La que los dos implicados saben que es un beso de ruptura y la que solamente lo sabe uno. Un beso triste y melancólico que sabe como una mezcla de todos los demás besos pero no es igual a ninguno.