La genuina chica Almodóvar

Madrid

Chus Lampreave nació en Madrid el 11 de diciembre de 1930. Su primera afición fue la pintura y se matriculó en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Comenzó a aparecer en películas del director italiano Marco Ferreri como “El pisito” o “El Cochecito”. Luis García Berlanga también le dio un pequeño papel en “El Verdugo” y luego volvería a contar con ella en los tres títulos de la saga Nacional.

Pedro Almodóvar ya quiso trabajar con ella en “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón” y “Laberinto de pasiones” pero su primera colaboración fue en 1983 en “Entre Tinieblas”. Ella era “Sor Rata de callejón”, la monja monja escritora.

En ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Pedro Almodóvar escribió para ella uno de los papeles más largos, casi de coprotagonista, la de suegra de Carmen Maura. Curiosamente al final de esta película, había un encuentro entre Chus Lampreave y la madre de Almodóvar.

Almodóvar volvió a contar con ella en Matador pero fue gracias a “Mujeres al borde de un ataque de nervios” cuando Chus Lampreave se consagró definitivamente en la filmografía del director manchego gracias a su papel de portera “testiga” de Jehová.

Chus Lampreave ha estado nominada a los Goya como actriz de reparto en seis ocasiones pero solo en una de ellas por un film de Pedro Almodóvar: “La Flor de mi secreto”.

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El único Goya de su carrera los consiguió por “Belle Epoque” de Fernando Trueba con el que también trabajó en “El año de las luces” o “El artista y la modelo”

Chus Lampreave ganó, junto a todas las actrices del reparto, el premio de interpretación femenina del festival de Cannes por “Volver”. La última película en la que trabajó a las órdenes del manchego fue en “Los abrazos rotos” en el que hacía una vez más de portera, rememorando a aquella que interpretó en “Mujeres al borde de un ataque de nervios”.

Su último largometraje fue la quinta parte de Torrente. “Operación Eurovegas”. Pero afortunadamente ahí están sus escenas para recordarla. Unas escenas que siempre nos hacen reír. Y por eso el nombre de Chus Lampreave siempre quedará asociado a una sonrisa.