No hay otra explicación

Madrid

En realidad, los papeles de Panamá no desvelan ningún misterio. Se sabía desde hace mucho tiempo que bufetes de abogados panameños, como los de otros paraísos financieros, ayudan a ocultar los bienes de miles de ciudadanos extranjeros, españoles entre ellos, de manera que no tributen en el fisco de sus respectivos países.

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Lo novedoso, lo maravilloso del trabajo de los periodistas de investigación, es que han accedido a millones de documentos, con nombres y apellidos, de parte de esos ciudadanos empeñados en permanecer en el anonimato. Ahora, las autoridades de los países afectados ya no pueden mirar hacia otro lado. Todo lo más intentarán retrasar la investigación, a ver si consiguen que mientras tanto prescriban los delitos.

El asunto de los paraísos fiscales es uno de los mayores escándalos del mundo; todo el mundo sabe por qué existen y cómo funcionan, pero no se hace nada eficiente para acabar con ellos. ¿Resulta acaso imposible? No, claro que no es imposible. Exige una legislación internacional que obligue a todos los países a entregar información sobre los bienes y sociedades de extranjeros a las autoridades de los países de origen. Si esos tratados no existen es simplemente porque el sistema financiero internacional no quiere y porque los sistemas políticos o bien no tienen fuerza suficiente para imponerse al mundo financiero o bien comparten sus intereses. No existe otra explicación.