Mientras no hablen los mudos
Hasta que Íñigo Errejón no rompa su silencio, hasta que Susana Díaz no diga su palabra definitiva, seguiremos en la inopia
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Madrid
Estaremos en las sombras mientras no hablen los mudos. Hasta que Íñigo Errejón no rompa su silencio, hasta que Susana Díaz no diga su palabra definitiva, seguiremos en la inopia. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se van a reunir pasado mañana —dicen que con voluntad de negociar— pero, incluso si llegaran a alcanzar algún acuerdo —cosa que hoy en día parece inverosímil— sería imposible medir su verdadero alcance mientras no hablen los mudos.
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Hasta que Errejón no cuente qué pasa o qué le pasa, no habrá forma de intuir lo que puede pasar. Y hasta que Susana Díaz no diga definitivamente sí o no, la posibilidad de su hipotética entrada en la contienda nacional se enredará en las piernas de Sánchez y le marcará con un sello de hombre de paso, como si lo que dijera o hiciera solo tuviera carácter provisional. Algunos le dicen a Sánchez: "Pacta ahora con Iglesias. Él te puede hacer presidente antes de que llegue Susana". Otros le dicen: "Como pactes con Iglesias es cuando Susana aparece con toda seguridad". Mientras no hablen los mudos, PSOE y Podemos aparecerán como platos aún no terminados de cocinar.