La filosofía de Borja Thyssen
Hacienda pide tres años de cárcel a Borja Thyssen porque entiende que finge que vive en Andorra. Yo no sé si es más dramático vivir en Andorra o fingir que vives en Andorra
Manuel Jabois: 'La filosofía de Borja Thyssen'
02:50
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000004066802/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
El caso de Borja Thyssen recuerda la frase de Montgomery Burns, el dueño de la central nuclear de Springfield: daría todo lo que tengo por un poco más. Thyssen tiene que pasar la mitad del año viviendo en Andorra para pagar menos impuestos. Uno de los herederos más ricos de Europa pasa 200 días al año sentado en la cama de un cuarto con las persianas echadas y la luz apagada para no gastar. A mí me gusta imaginarlo fumando un cigarro tras otro, chupando el pitillo lleno de rabia.
Vista así, la vida de un millonario no es envidiable. Pero ese tipo de gente existe. Tú piensa en los amigos de Borja de fiesta por Barcelona o Madrid, yéndose de crucero o apareciendo en unas semifinales de Champions. “¿Vienes, Borja?”. “No puedo tío, tengo que dormir en Andorra”. Por qué. Porque allí paga menos impuestos. Es decir: prefiere tener dinero a gastarlo. No digamos ya repartirlo.
Hay toda una filosofía ahí, pero tiene fallos, como toda filosofía de residencias fiscales. Hacienda pide tres años de cárcel a Borja Thyssen porque entiende que finge que vive en Andorra. Yo no sé si es más dramático vivir en Andorra o fingir que vives en Andorra. Lo digo por un chico que podría vivir, con su dinero, en Nueva York o incluso, si tiene mucho ahorrado, en Sanxenxo. El caso es que un día no debió de aguantar y se fue a Barcelona.
Y allí le encuentran los paparazzi, que son los inspectores de Hacienda de nuestro tiempo. Uno de los ricos más famosos de España, que se ha dejado una tremenda barba hipster, se pasea por las calles de Barcelona esperando no se reconocido. Como él vive en Andorra. Pero le empiezan a sacar fotos. Y en lugar de decir: “Estoy aquí porque vine un día a ver el mar, o quería comprar algo en la Boquería. En Andorra todo bien, el ambiente precioso”, dice: “Por favor, no me hagáis fotos, que Hacienda piensa que vivo en Andorra”. Es de locos. Hace años bajaban unos etarras en una furgoneta llena de bombas, les pararon por ir muy deprisa y bajaron todos gritando: “No disparéis, que somos de Eta”. Bueno, pues así.
Esa frase siempre me llamó la atención. Es que al ser terroristas son menos peligrosos. Si fuesen gente normal podrían salir de la furgoneta diciendo: “Disparad si queréis, que total no íbamos a hacer nada”.
Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...