Ganadores y perdedores

Madrid

Somos un país tan futbolero y tan aficionado a la bronca que no podemos leer casi nada si no es en clave de ganadores y perdedores. No ha terminado aún el primer debate de investidura y ya estamos todos haciendo quinielas; preguntándonos quién ha ganado, quién ha perdido, quién ha dado más garrotazos, quién ha metido la pata. Y claro, como aquí hay gafas de muchos colores pues tampoco resulta sencillo emitir un juicio que pueda ser compartido por la mayoría. En cualquier caso, y a título de simple inventario, sí creo que hasta el momento hay algunas cosas que resultan poco discutibles; o bastante evidentes, al menos para mí. Primero: a Pedro Sánchez no le salen los números pero ha crecido de talla en apenas 24 horas. Hasta dónde le servirá el nuevo traje...eso ya no lo sabemos, igual es como Cenicienta y a la medianoche -de hoy o del viernes- se convierte en calabaza, pero que su perfil político sale reforzado creo que está muy claro. Segundo: Rajoy sabe que se equivocó dándole esta oportunidad a Sánchez; lo saben en todo el PP, pero él lo ha intentado disimular con un tono acerado y displicente, bastante faltón, que –me da la impresión- sólo habrá convencido a los más correosos de sus votantes.

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Tercero: Pablo Iglesias sigue soñando en el sorpasso con el PSOE, se ve capaz de conseguirlo, y por eso le da una caña que en ocasiones parece algo sobreactuada. Tiene discurso, sin duda, tiene talento....pero a veces recuerda a aquel jugador, a Onésimo, que se enredaba en regates inútiles a su propia sombra hasta perder el balón. Cuidado con los errores de cálculo... Y luego está Albert Rivera, en mi modesta opinión muy acertado en este debate y en casi todo lo que ha hecho desde el 20 de diciembre. Su inmisericorde ataque a Rajoy le quita de encima cualquier sambenito de futura muleta para este PP, para este. Y al mismo tiempo su acuerdo con Pedro Sánchez le ha situado en el centro del ruedo, de los focos. O sea que Rivera ha invertido bien –al menos hasta el momento- , ha sacado un buen rendimiento a sus 40 diputados. Habría más apuntes, ¿eh?, bastante más....pero tampoco quiero alargarme. Lo que sí me parece interesante constatar –por si se nos olvida- es que hemos entrado ya en un nuevo tiempo político. Y eso, con toda su complejidad y todas sus pegas, creo -sinceramente- que es la mejor noticia.